Aventurero2013
No la encontre y segui todas las indicaciones, viramos y prácticamente caminamos la 7774 como por una hora (no es larga la 7774), sin suerte, el camino que parecia más tentador estaba con una reja, de la G nada, del árbol caido como mil, de esos por todos lados :( quiero de verdad poder encontrarla, porque suena interesante, preguntamos a los lugareños y algunos nos daban mejores indicaciones otros nunca habian ido, en fin nos la perdimos !, pero lo volveremos a intentar
deleonmarrero
La Cueva de la Mora consiste en una serie de cuevas o cámaras que desde su entrada principal tiene una aproximación de 150 pies, y una altura de aproximadamente 60 pies. En ella hay pictografías y petroglifos realizados por los indios taínos que según se cree, tenían significados religiosos. La cueva es de difícil acceso, por lo que es recomendable coordinar la visita con un guía local. Yo me puse en contacto con Modesto Huertas, un empleado de la Oficina para el Manejo de Emergencias de Comerío, quien es rescatista y cuenta con muchísimas certificaciones. Para localizarlo, hay que llamar a la oficina de turismo de ese municipio.La coordinación para visitar la cueva no fue rápida. Como Modesto ofrece el servicio de guía en su tiempo libre, hay que esperar a que tenga tiempo disponible y un grupo de un mínimo de 10 personas. El costo fue de apenas $10, lo cual considero un regalo, luego de haber visto todo el trabajo que pasa este rescatista.La experiencia de subir hasta la cueva fue para mí completamente diferente a lo que yo pensaba. Siguiendo las recomendaciones de modesto, me puse calzado deportivo, pero la ropa no fue la mejor para este tipo de actividad. Es que jamás pensé que iba a pasar todo el trabajo y dificultad que pasamos para subir.Comenzamos a subir a las 9 AM. Había llovido el día anterior, por lo que el terreno estaba súper resbaloso. No existe un camino, así que hay que abrirse paso entre arbustos y plantas. Recomiendo llevar algún bastón o algo parecido para que sirva de soporte y guantes por si hay que agarrarse de alguna rama. Hay que llevar una linterna porque la cueva es súper oscura y también agua y alguna merienda, pues el recorrido completo puede tomar unas 5 horas. Tratando se abrirme paso entre las ramas, y de mantenerme en pie, ya que algunas personas se cayeron en el fango (lodo), perdí la noción del tiempo, así que no sé exactamente la hora en que llegamos a la cueva. La entrada de la cueva no es difícil. Una vez adentro, Modesto muestra los petroglifos y pictografía, además de algunas estalactitas y estalagmitas. Me resultó muy interesante todo lo que vi, al igual que las historias de Modesto. Luego de “explorar” esa cueva, cruzamos gateando como bebés, por un pequeño e incómodo “camino” para salir de la cueva y dirigirnos a lo que Modesto llama la Cuarta Cueva. Por la lluvia del día anterior, las piedras estaban resbalosas, por lo que necesitamos asistencia para poder subir a una piedra de unos cuatro pies de altura que da acceso al exterior.Caminamos un poco más y llegamos a la Cuarta Cueva y si pensábamos que lo anterior había sido difícil, no teníamos idea de lo que nos esperaba. Para entrar a esta última cueva hay entrar por una apertura de unos dos pies, más o menos y descender con una escalera portátil unos ocho a diez pies hasta llegar a tocar el fondo. Modesto es el primero en bajar y acomoda la escalera para ayudar a las personas. Una vez superados todos los obstáculos, pudimos disfrutar de una cueva diferente. En esta cueva las estalactitas y estalagmitas tienen un brillo producido por unos minerales que le dan un encanto especial. Para salir de la cueva, es el mismo ejercicio pero a la inversa. De más está decir que no es obligatorio bajar, ya que esta hazaña no la puede realizar todo el mundo. Las personas en sobrepeso, las que no estén en buena condición física y por supuesto las que padezcan de claustrofobia no pueden hacerla. Para regresar, hay que volver por el mismo camino por el cual se llegó. Así que hay que bajar la piedra de unos cuatro pies y gatear por el “camino” que da acceso a la Cueva Mora. Luego hay que bajar por la misma ruta entre árboles y plantas.Llegamos a la carretera a las 2 PM, todos llenos de fango y súper cansados. Definitivamente esto no era lo que tenía en mente cuando decidí visitar la cueva, pero no me arrepiento de haberlo hecho, pues a pesar de la dificultad del terreno, la experiencia fue incomparable. Todo el que tenga espíritu aventurero, no se la debe perder.